¿Qué es la reputación corporativa y por qué debería importarte?
Antes de comenzar quiero compartirte una frase del historiador norteamericano Daniel Boorstin: Algunos nacen grandes, otros alcanzan la grandeza y otros contratan consultores de relaciones públicas.
Entremos de lleno a analizar la reputación corporativa... Ese concepto del que todos hablan, pero pocos entienden realmente. Como estratega en comunicación corporativa, he aprendido que la reputación de una empresa es su mayor activo intangible, aunque a veces no se le da la importancia que merece. Y te diré algo: tu reputación no es algo que puedas controlar al 100%, pero sí es algo que puedes gestionar y cuidar.
Pongamos un ejemplo, imagina que tu marca es una persona. ¿Qué dirían de ella los demás? ¿Qué te hace sentir? Las emociones despierta.
La reputación corporativa es eso: lo que la gente siente, piensa y dice sobre tu empresa. No es solo lo que tú comunicas, sino cómo te ven, cómo te perciben. Es esa imagen que queda grabada en la mente y el corazón de las personas, y que define si confían en ti o no.
Pero, ¿por qué debería importarte?
Bueno, si eres de los que creen que una buena reputación se construye con buenos productos y ya está, te digo que hay mucho más en juego. Una reputación sólida te abre puertas, te consigue clientes y hasta te convierte en referente. Pero si la descuidas, créeme, puedes perderlo todo. La gente hoy en día no solo compra productos o servicios; compra valores, compra confianza, compra empatía.
En mis 15 años como PR, he visto cómo empresas con una gran reputación pueden resistir crisis, errores, y hasta alguna que otra metida de pata. ¿Por qué? Porque la gente confía en ellas, y esa confianza se convierte en lealtad. Una buena reputación te protege y, en muchos casos, te da una ventaja enorme frente a la competencia.
Y ahora te preguntarás, ¿qué hago para cuidarla?
Empieza por escuchar. Sí, así de sencillo. Escucha a tus clientes, a tus empleados, al público en general. Hoy todo el mundo tiene una voz, y esa voz importa. Sé honesto, sé transparente y actúa con coherencia. Cada acción cuenta, desde cómo respondes a una crítica en redes sociales hasta cómo tratas a tus empleados.
He trabajado con marcas de todas partes del mundo que tienen valores sólidos, que no solo hablan de sostenibilidad o responsabilidad social, sino que realmente lo viven. Y te digo, eso se nota, y la gente lo aprecia. Cuando eres auténtico, cuando muestras que realmente te importa hacer las cosas bien, es cuando empiezas a construir una reputación de verdad.
¿Te das cuenta de la importancia ahora?
La reputación corporativa no es algo que construyas en un día ni algo que puedas comprar. Es el resultado de cada acción, de cada mensaje, de cada pequeña interacción. Y créeme, si inviertes en ella, te lo devolverá con creces. Así que la próxima vez que pienses en la reputación de tu empresa, recuerda: es lo que otros dicen de ti cuando no estás en la sala. ¿Qué te gustaría que dijeran?
La reputación es la clave para construir algo que perdure y, desde mi experiencia, vale cada esfuerzo que le pongas.